domingo, 1 de abril de 2012

Una Vida con Propósito - DÍA 1: Todo comienza con Dios

¿PARA QUÉ ESTOY EN ESTA TIERRA?



Porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él. Colosenses 1:16

Día Uno: Pensando En Mi Propósito
Punto para reflexionar: No tiene nada que ver conmigo.

Versículo para recordar: "Todo ha sido creado por medio de él y para él." Colosenses 1:16

Pregunta grupal: Con toda la publicidad a mi alrededor, ¿cómo puedo recordarme que la vida es en realidad acerca de vivir para Dios y no para mí mismo?

4 comentarios:

  1. La diferencia está en cumplir una meta o cumplir el propósito global de la vida. Mis metas puedo alcanzarlas yo con esfuerzo, dedicación y ayuda del Señor, pero el propósito para mi vida no lo decido yo, fue diseñado por el Señor desde que El eligió los materiales para hacer mi ADN.
    En este mundo tan lleno del YO, donde todo bombardea para hacerme pensar que Dios es solamente una opción, me obligo a ver hacia afuera, desde el espacio, para ver que soy una partícula de polvo y mis preocupaciones y ocupaciones son aún más insignificantes. Lo único perceptible desde afuera es la luz del Señor, que alumbra como la luz del sol el camino que El me llama a seguir.

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  2. Definitivamente nuestro Dios es sabio. Él puso dentro nuestro la necesidad de su presencia. Él nos creó para que fuésemos suyos. Gloria a Dios porque sé que mi vida está en sus manos y mis caminos Él los dirige y los conoce.

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    1. Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme a la buena intención de Su voluntad... Nos dio a conocer el misterio de Su voluntad, según la buena intención que se propuso en Cristo, con miras de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra. - Efesios 1:4-5, 1:9-10

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  3. Hasta ahora he querido fijar la mirada en Dios, por mí misma, sólo el Señor puede hacerlo por mí, si yo lo dejo.

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